1. Yoga es mucho más que hacer posturas. Muchos yoguis suelen tener un práctica de asanas constante pero olvidan el aspecto holístico que el yoga abarca. Existen ocho ramas del yoga e ir de Urdhva Mukha Svanasana a Trikonasana es apenas un detalle.

2. Tu misión es traer luz, no ser perfecto. Los mejores instructores viven en práctica de yoga tanto en el mat como fuera de él. ¿Te sientes realmente preparado para entrar en una formación? Que las ocho ramas de yoga hagan parte de tu vida es esencial para ser instructor frente a otros. Los estudiantes lo notan. Para nadie es agradable escuchar a su instructor haciendo comentarios groseros en un establecimiento de comida rápida y lleno de transgénicos. Nadie es perfecto, claro. Todo es cuestión de balance. Sin embargo, aquello que somos realmente va a brillar frente a nuestros estudiantes y es eso lo ellos a su vez, reflejarán. Asegúrate de que tus pies están bien enraizados antes de hablar sobre hábitos con ellos. Como instructor, es tu responsabilidad ser la mejor versión de ti mismo.

3. Especializa tu educación. Hay tantos tipos de yoga allá afuera. De bhakti a kundalini pasando por Power Flow. Conócelos e identifica aquel que va bien contigo. Podrías sorprenderte al descubrir que la respiración de fuego te encanta. Un vez encuentras el tipo de yoga que te hace click, encontrarás la escuela para ti. Algunas son más exigentes que otras. La profundidad de tu aprendizaje depende de ti. Al buscar una formación, fíjate en la bibliografía, investiga sobre los profesores y sobre los requerimientos para la certificación. ¿Qué prefieres, estudiar por varios años o tomar una formación intensiva? ¿Tu conoces tu forma de vida y lo que funcionará mejor para ti.

4. Encuentra el profesor correcto. Ve a clase de diferentes profesores e identifica con cual resuenas. Entiende en qué te estas metiendo. Lo que menos quieres es terminar en algún culto extraño por el afán de tener una certificación. Desafortunadamente muchas formaciones giran en torno al dinero y no a la autenticidad. Toma tu tiempo para escoger y sigue tu corazón. El profesor o los profesores correctos para ti, llegarán.

5. Recuerda la regla 20/80. La mayoría de formaciones toman tu dinero y te reciben sin importar quien seas. Cualquiera que tenga el dinero puede obtener un certificado, pero no todos los instructores son auténticos. Para sostenerte como instructor, certificarse es un veinte por ciento y el otro ochenta por ciento es destreza en los negocios. Uno de los grandes obstáculos para un instructor es tener un grupo a quien darle clase. ¿Has pensado en cómo ofrecer tus clases? ¿Tienes conocimientos informáticos? ¿Sabes cómo crear un sitio de internet básico, folletos, afiches? ¿Cómo conseguirás estudiantes para tus clases y cómo lograrás que continúen asistiendo?

6. Presta atención a la realidad económica de un instructor de yoga. Ten en cuenta tu bolsillo. Harás una inversión grande por tu formación. Si tus clases son en el espacio de otra persona ten claras las formas de pago. Algunos pagan por clase, algunos por cantidad de estudiantes, para otros es un trabajo de donación. ¿Los de el espacio se encargan de generar la publicidad? ¿Ofrecen un seguro de algún tipo? Abrir tu propio estudio es una gran inversión que toma años recuperar.

7. Crea tu propio estilo. El Bhagavad Gita señala que es mejor vivir tu propio destino de manera imperfecta que vivir imitando a otros a la perfección. Para que los estudiantes vuelvan debes ser tú mismo. ¿Qué es lo que de ti marca la diferencia? Piensa en algún instructor o instructora que recuerdes particularmente. ¿Por qué te gustan sus clases? ¿Que cualidades de su clase te hacen regresar? Al igual que un pintor entrenándose para replicar La noche estrellada de Vincent Van Gogh, al comienzo es posible que copies lo que admiras. Habrá un momento en el que tendrás que entrar en tu propia consciencia creativa y desarrollar tu propia manera de enseñar.

8. Busca apoyo. ¿Sigues creyendo que ser instructor de yoga es tu camino? Haz parte a tu familia y amigos. Este viaje puede ser abrumador y seguramente no quieres perderte a ti mismo de vista. Los otros instructores no son contrincantes, son aliados de los cuales siempre puedes aprender. El camino del yoga es una camino de unión, no importa si tienes o no un par de malas, los mejores accesorios o si eres un experto en bhekasana. Una vez tienes tu certificado, sigues siendo un estudiante. Haz amigos en tu formación y diviértete.

Tomar una formación es un viaje gratificante y no es para todos. Sin importar tu edad, donde te encuentres, tu situación económica, genero o proveniencia, escucha tu Corazón. Él te dirá si esta es tu vocación.

Autora: Rachael Carlevale  Texto original, aquí.  Traducción: Crista Castellanos

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