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Yoga y Autoaceptación

Cinco formas en que la práctica ayuda a curar problemas de autoimagen.

La ansiedad relacionada a la imagen corporal – ya sea causada por la obsesión frente a un defecto facial, por contar las calorías y ejercitarse o por los sentimientos negativos respecto a la propia apariencia- puede llegar a ser incontrolable hasta causar estragos en el bienestar y la autoestima. Si de lo que se trata es de manejar las inseguridades corporales y la forma negativa en que nos hablamos, a veces lo mejor opción es salirnos de nuestra cabeza. El yoga, que es actualmente ofrecida como una práctica anti stress, puede ser una forma efectiva para desarrollar una autoimagen positiva.

“El yoga nos permite bajarle a la auto crítica y comenzar a observar que las voces de nuestra cabeza no son necesariamente la realidad”, Vyda Bielkus, cofundadora de Health Yoga Life Studio en Boston, señala a Huffinton Post. “Para detenernos entrar en el cuerpo y decir, ok, cuando estos pensamientos afloran hay algo detrás de ellos que estoy observando. Esto nos conecta con nuestro Ser Verdadero en lugar de dejarnos llevar por el diálogo que nos recorre”. Comenzar a hacer yoga durante la adolescencia puede ayudar a escuchar la sabiduría de la voz interna y reconocer la importancia de la misma, dice Bielkus. Más allá de la presión de los amigos o por la presión auto impuesta, el yoga ayuda a encontrar tranquilidad y adaptación al mirar hacia adentro como una forma de encontrar el propio camino.

He aquí cinco formas en las que una práctica regular de yoga puede ayudar con problemas de autoimagen corporal y promover la autoestima:

1. Soltar la necesidad de ser perfecto.Practicar yoga ayuda a las personas de cualquier edad a crear un espacio aislado de las imágenes de los medios masivos que constantemente nos bombardean y de las afirmaciones negativas que surgen de allí”, señala Bielkus. Cuestiones como la alimentación y la imagen corporal se relacionan con la idea de “control”, sin embargo desde la perspectiva del yoga hablamos de cultivar la habilidad de “soltar”. Aquietar la mente y enfocarnos en nuestra respiración y nuestra postura, puede ayudarnos a detener el hábito negativo de buscar ser perfectos y en lugar de ello, simplemente apreciar todas las buenas cosas que nuestros cuerpos hacen por nosotros.

“Las mujeres crean muchas expectativas para sí mismas” añade Bielkus. “Estamos constantemente invadidas por expectativas irreales de perfección total : yo debería ser así, debería estar logrando esto o aquello. El yoga nos permite tomar una pausa frente a tanto caos… y empezar a decir: debo ser amable conmigo misma pues entre más me veo tal cual soy y me acepto, mas seré capaz de mostrarme tal cual soy frente a otros.”

2. Mantén una actividad física sin un objetivo de competición o de perder peso. Algunos nuevos practicantes pueden ser atraídos por el yoga con el objetivo de tener el cuerpo soñado, pero rápidamente se darán cuenta que hay mucho más detrás de la práctica más allá de estar en buena forma. De hecho, este no es el objetivo principal. Para aquellos que quieren recuperarse de un desorden alimenticio o del dolor que causa una autoimagen pobre, practicar yoga puede ser una buena manera de mantenerse activo sin enfocarse en la idea de competición o de quema de calorías.

“Por lo general lo digo en mis propias clases: no empezamos a hacer yoga por las mismas razones por las que continuamos. Yoga nos conecta con una chispa interna que podemos honrar y es eso lo que hace a la gente regresar al mat: más atención interna, más calma, más paz en sus vidas. Y esa es la base hábitos saludables fuera del mat”

3. Encuentra una comunidad saludable. Tener amigos con hábitos físicos y mentales negativos puede ir en contra de tu propia auto imagen y autoestima, e incluso influenciarte más que los propios medios de comunicación, esto según un estudio del 2012 que relaciona competición con autoimagen pobre. Ir a clases de yoga cerca de tu casa no solo proporciona un espacio para divertirte junto a personas con una forma de pensar similar a la tuya, también es una oportunidad de crear otro tipo de amistades que no priorizan la competición por encima de la auto estima. “El yoga permite conectar con una comunidad de personas que puede ser una alternativa saludable. Es menos competitivo que los grupos de deportes pues el yoga no se enfoca en la idea de ganar a otros.»

4. ¿Creencias y hábitos negativos? Reconócelos y cámbialos. Si te ha sido difícil lidiar con tu imagen personal es posible que hayas asimilado creencias negativas respecto a tu propio cuerpo sin ser consciente de ello. Asumir por ejemplo que tu peso te hace menos atractivo para otras personas o que no debes comer más de lo que otros comen. El yoga te permite detenerte y calmar tu mente el tiempo suficiente como para observar esas creencias y hábitos y así, cambiar aquellos que no te benefician. “La práctica nos permite identificar las creencias que dirigen y establecen nuestros hábitos. Adherimos a estos pensamientos desde muy jóvenes, decidimos nuestro valor, si merecemos o no amor o cómo somos percibidos por otros, desde nuestra infancia, lo cual determina nuestras acciones. Por lo general mientras nos hacemos adultos, seguimos llevando con nosotros dichas creencias aunque ya no nos sean útiles.”

5. Libérate del stress que genera una autoimagen pobre y desorden alimenticio. Stress y problemas de autoimagen son por lo general parte de un mismo círculo vicioso: no estresamos, nos criticamos duramente acerca de nuestro peso y nuestros hábitos al comer. La preocupación por la comida, la falta de ejercicio y apariencia física trae aun más stress. Según un estudio reciente de la Universidad de Michigan, 20 por ciento de las mujeres universitarias afirman que la preocupación en torno a la comida y el peso domina gran parte de su tiempo.  El yoga, frente a esto, no solo ayuda a promover la auto aceptación, también libera del stress. Las poses que inducen calma pueden ser particularmente útiles para relajar una mente que está constantemente ocupada con pensamientos negativos. Son recomendables las asanas que abren el corazón al cielo como el camello, el puente o la rueda, ya que cultivan una relación positiva entre el cuerpo y la mente.

Artículo original, aquí. Escrito por Carolyn Gregoire. Traducción: Crista Castellanos.

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